TEGUCIGALPA.- El horizonte nebuloso que se cierne con el rechazo a un segundo compacto de desembolsos del programa Millennium Challenge Corporation (MCC) o Cuenta del Desafío del Milenio, se aclara para los pequeños productores, que seguirán obteniendo microcréditos y préstamos hasta el 2015.
Desde 2007 a 2010, más de 8,000 préstamos fueron otorgados a micro y pequeños agricultores de 16 departamentos del país en el marco de un fideicomiso de seis millones de dólares, unos 113 millones de lempiras, suscrito con esa iniciativa estadounidense.
Ejecutivos de la MCC determinaron mantener el apoyo financiero hasta 2015 ante el buen desempeño y resultados obtenidos, tanto en el sector urbano, como rural, ya que Honduras lideró en el manejo de los recursos, en tiempo y forma.
Productores que no tenían acceso a préstamos bancarios en Intibucá, Comayagua, El Paraíso y Francisco Morazán sobresalen con mayor otorgamiento de créditos, especialmente en cultivos de papa y tomate.
“Llegaremos a más productores de zonas apartadas por medio del fondo de microfinancieras, que actúan como facilitadoras de este servicio”, confirmó a Monitor Económico la gerente de fideicomisos de BAC Credomatic, Rosibel Bueso.
Los beneficiarios son micro y pequeños agricultores, conformados en un 36 por ciento por mujeres, dueñas de pequeñas parcelas de tierra, que suelen sembrar uno o dos cultivos anualmente y no eran sujetas de crédito y además enfrentaban problemas para comercializar sus cosechas.
“Se trata de un fideicomiso de 113 millones de lempiras que se concede a una tasa del 6 por ciento a intermediarios financieros, en su mayoría cooperativas y Organizaciones No Gubernamentales, exclusivamente para el desarrollo de pequeñas parcelas”, agregó Bueso.
La Cuenta del Desafío del Milenio facilita también asistencia técnica, enseñando a producir mejor, en especial cultivos de arroz, calabaza, caña de azúcar, chile jalapeño, maíz dulce, melón, papa, pepino, plátano, repollo y tomate, entre otros.
Desde el 2007, los fondos han generado más de 300 millones de lempiras en créditos. “Un aspecto digno de destacar es que se registra cero mora, los beneficiarios honran sus deudas; antes cultivaban para subsistir, ahora tienen mercados, incluso existen casos de exportaciones”.
Agricultores entrevistados expresaron que anteriormente no tenían posibilidades de acceder al sistema financiero y con el tiempo han desarrollado confianza, pues la obtención del préstamo es simple, no se exigen garantías reales y el tiempo de respuesta es ágil.
La diversificación les ha traído un gran beneficio económico, pueden mitigar la baja eventual en el precio de un determinado producto con el incremento en otros, principalmente porque no cuentan con un precio mínimo de venta, estando siempre expuestos a vaivenes del mercado.
El mejoramiento en sus prácticas de siembra también les ha posibilitado pasar de ser empleados a ser empleadores; antes trabajaban una parcela pequeña y tenían que emplearse como peón de otros para ajustar sus ingresos.
La mayoría emplea a cinco personas y hasta 30 en algunas. “Si lográramos desarrollar este beneficio en un cien por ciento, el país saldría de los índices de pobreza y evitaríamos que nuestra gente emigre a otros países”, expresó uno de los beneficiarios de Intibucá. Por: Wilfredo Hernández
Fuente «LA TRIBUNA»