En un seminario ofrecido recientemente en Tegucigalpa, se disertó sobre cómo aumentar la productividad agrícola y los suelos para ese fin.
San Pedro Sula, Honduras
El cambio climático, con sus variantes de sequías prolongadas y lluvias en exceso, se convierte en el principal enemigo de la carrera que emprenden los productores a nivel mundial para satisfacer la seguridad alimentaria.
Para el año 2,050 se necesitará alimentar a 9,500 millones de bocas en el mundo y el 85% de estos deben de ser suministrados por la agricultura, por lo que requiere hacer uso de la ciencia, tecnología e innovación, comentó Martín Zúñiga, director para Centroamérica y el Caribe de CropLife Latín América.
Lo anterior se desprende de la conferencia “El desafío de aumentar la productividad agrícola y mantener suelos saludables”, que organizó la Asociación Hondureña de la Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Ahsafe), Croplife Latín América y el Colegio de Profesionales de las Ciencias Agrícolas de Honduras (Colprocah).
Este taller se brindó a estudiantes de último año de la carrera de Agronomía de la Escuela Agrícola Panamericana (EAP), la Universidad Nacional de Agricultura (Una) y en el Centro Universitario Regional del Litoral Atlántico (Curla) de La Ceiba.
Desafíos
Según el informe de Ray, Mueller y Foley, de la Universidad de Minnesota, para alimentar la población mundial en el año 2050 se requiere que la productividad de los granos y cereales crezca a una tasa anual de 2.4%.
Sin embargo, los datos recolectados por este grupo, en 13,500 unidades productivas de todo el mundo, muestra que, entre 1989 y 2008 (20 años), la productividad de los principales granos y cereales fue la siguiente: maíz: 1.6%, arroz: 1.0%, trigo: 0.9% y soya: 1.3%, aseveró.
Si el mundo fracasa en tomar medidas contra el cambio climático, la humanidad quedará confrontada a fenómenos que van desde una crisis de refugiados a la sumersión de ciudades costeras, pasando por olas de calor y sequías, advierten los científicos.
Los representantes de 195 países intentarán alcanzar desde el 30 de noviembre en París un acuerdo universal que permita limitar el calentamiento del planeta a dos grados centígrados para evitar esos dramáticos efectos.
Por ejemplo, las lluvias pueden provocar inundaciones que obliguen a la gente a huir de sus viviendas y cosechas.
Fuente: Diario La Prensa